Hana es una mujer samurái, de edad avanzada, que busca a su hija Hanaku, quien fue secuestrada por un dragón. Hana resiste una extensa travesía buscando el valle de las mariposas blancas, lugar donde se encuentran cautivas las niñas que han sido capturadas por Yamata-no-Orochi, el dragón que se alimenta del sacrificio de las mujeres jóvenes.

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Mariposa Blanca es un monólogo que expone la fuerza y el amor de una madre en su largo recorrido para encontrar a su hija.

La puesta en escena minimalista se desarrolla en un ambiente de lo fantástico. El trayecto de la protagonista está plagado de seres míticos, provenientes de la mitología japonesa, que le confrontan con sus miedos, pesares, decepciones y dudas en la difícil búsqueda que decide emprender.

El trabajo actoral se fundamenta en el teatro físico, y en las técnicas orientales del trabajo del cuerpo.
 

La mecánica de las imágenes y personajes fantásticos, que acompañan a la protagonista, son desarrolladas por una persona vestida de negro, recurso tomado del teatro kabuki, donde los llamados kuroko, funcionaban como actores invisibles.